Confitería Del Molino
Un tesoro para conocer
Uno ha leído sobre los trabajos de arqueología que se han realizado en distintos lugares del mundo, muchos de ellos exóticos para nosotros; las pirámides de Egipto, las ruinas de Machu Pichu, como para mencionar ejemplos.
Pero, qué diría usted si le comentara que también se han hecho, y se siguen haciendo, trabajos arqueológicos en…Rivadavia y Callao, plena Capital Federal.
¿Que hay en esa esquina que merezca trabajos de arqueología?
Algo que merecería que los argentinos les prestáramos atención. Primero, porque se recuperó una joya y leyenda urbana, la Confitería Del Molino. Y segundo porque esa recuperación se la debemos a diputados y senadores de todos los partidos políticos que en su momento se pusieran de acuerdo, votando una ley* para que no se perdiera el edificio que es parte de nuestra historia sin importar de qué partido y de dónde venía cada uno.
Ese mismo gesto de unidad política, debería ser trasladada para acuerdos políticos que sirvan para mejorar la vida de todos los habitantes de este hermoso y tan maltratado país.
Para conocer detalles de esta historia presente www.industrialespymes.com.ar se puso en contacto con la arqueóloga urbana Sandra Guillermo para conocer detalles de los trabajos.
Nos recibe en el tercer piso de la confitería, que da la sensación de una vieja baulera, donde hay tantos elementos encontrados, aquí, cuando empezó la restauración y recuperación de la confitería. Que es una historia sin fin.
Bandeja de la confitería Del Molino, rescatada por el equipo de arqueología urbana |
¿Que me decía que encontraron?
“En realidad, acá están resguardados más de 15.000 objetos que recuperamos de los tres subsuelos que tiene el edificio y de todos los departamentos que están en el edificio, incluidos este tercer piso en el que estamos, de la cúpula y el mirador de la parte superior. En total son 7600 mts2 de superficie edificada”
Usted me dice de los departamentos. El común de la gente piensa que era la confitería solamente, hay departamentos, hay viviendas.
“No ocupadas, son departamentos que están vacíos y que no van a volver a ser ocupados tampoco, sino que van a ser espacios culturales. Pero, sí, el edificio se compone de los tres subsuelos, la confitería y los cinco pisos, la azotea”
Todas estas piezas que recuperan ¿Que es lo que hacen con ellas? Porque acá las veo amontonadas, ¿Cuál es el proceso que continúa después de este acopio?
“En realidad, una vez que vienen al taller, en arqueología lo que hacemos es acondicionar a los objetos, porque muchos de ellos estuvieron 22 años en un espacio cerrado, húmedo, oscuro y, de repente, nosotros los sacamos, los ponemos en un lugar aireado, ventilado, con sol y eso le produce tanto daño como lo que nosotros estamos tratando de preservar”
“Así que, lo que primero hacemos, cuando llegan acá los acondicionamos, controlamos sus procesos que se generan, en algunos casos son de organismos que empiezan a activarse nuevamente, otros casos tienen humedad, le quitamos la humedad, los limpiamos, como para que, ya dejarlos en un estado -digamos - bastante bien y los resguardamos nuevamente. Ya sean en cajas o en estuches contenedores adecuados, porque tenemos papeles, también; muchos documentos en papel y eso…”
Eso es lo más cuidadoso, digamos…
“Claro. Porque los sacás de la humedad, se reseca se quiebra y después se termina perdiendo, así que, tenemos que hacerles una buena humectación, estirarlos, guardarlos en un lugar que no le de nuevo la luz, tampoco el polvo, estamos, acá, sobre la avenida Rivadavia y cuando abrimos las ventanas, se llenan de polvo nuevamente todos los objetos, lógico, porque además, del otro lado tenemos la obra, que le suma polvo, también. Así que, lo vamos guardando; dejamos solo expuestos aquellos objetos que pueden ser, digamos, limpiados sin problemas, reiteradamente y - además - para que la gente que viene a visitar, puedan observar parte de lo que recuperamos”
Sandra Guillermo, arqueóloga urbana, responsable de los trabajos de recuperación de elementos en la confitería Del Molino |
Cuales, al margen de la recuperación de estos objetos, lo buscaron, los encontraron. Cuando los recuperan ¿Los van a tener preparados para exhibirlos o para usarlos?
“No. Ninguno de ellos vuelven a ser usados otra vez, porque ya muchos con procesos de oxidación, de corrosión, no sería bueno para el objeto, ni bueno para consumir nada dentro de eso; lo mismo que los moldes, son metálicos, se oxidan, están - ya - lo que entra a la estructura del objeto por lo cual es imposible volver a recuperar”
“Lo que sí va a pasar es que por ley, la ley que hizo la expropiación del edificio, prevé que se tienen que hacer un museo, con una reserva. Entonces, en la reserva donde van a ir todos estos objetos y en el museo tiene que haber, siempre, una muestra, ya sea permanente o itinerante, que se vaya cambiando…”
…Rotando.
“...Claro. No solo de los objetos de la confitería, sino de la época. Nosotros recuperamos los objetos de los departamentos, que la gente dejó olvidado, porque marca una época, sillones, tenemos teléfonos, tenemos discos de la época de la dictadura con el cartelito de prohibido, tenemos diarios de distintos años. entonces, todo eso habrá una ambientación de una determinada época, obvio”
Al margen de todo esos utensilios, o cosas que han encontrado que, dentro de todo están dentro de las líneas generales ¿Que fué lo que más le llamó la atención, o que fué lo que más la sorprendió, encontrar acá, mientras levantaban objetos?
“En realidad, a mí, lo que más me llamó la atención, siempre, de todos los objetos del Molino, fué la cantidad de objetos que tengo por cada uno…
La cantidad de…
“De objetos que tengo por cada uno, en general. Porque en arqueología urbana tengo muchos y siempre se encuentran mucha cantidad, pero mucha diversidad. Acá tengo, por ejemplo, como le decía, asaderas, 2500 asaderas, no tengo una. Tengo 400 y pico de moldes, tengo 300 y pico de otras cosas, tengo - casi -200 botellas, o sea, mucha cantidad y eso me asombra porqué, tengo mucho de lo mismo y eso - bueno - habla de una producción determinada, ya una compra de objetos en serie, de fabricación industrial”
“Entonces, eso a mi me gusta y después tengo algunas particularidades, tengo un moldecito que ahora le muestro que, es como un budín que tiene como dos “alitas” para levantar la masa, lo cuál me parece, ¡Bárbaro! porque eso no existe, ahora, o sea, uno anda con un cuchillo para levantar la masa y acá, evidentemente se necesitaba hacerlo rápido, para desmoldar y era levantar así y sacar la masa”
Una budinera original de la Confitería Del Molino, entre más de 15.000 elementos que ya se fueron rescatados |
Al margen de esto que me describió recientemente, ¿Qué es lo que más la sorprendió o que la impactó al encontrar algo?
“En realidad. Esas cosas me llamaron la atención. Por ejemplo: Encontramos un montón de diarios doblados atados con un hilo, que estaban arriba, en un entrepiso, en el fondo y eso me llamó la atención, de hecho, a todos. Nos preguntamos ¿ Por qué estarán guardados de esta manera? Tan así como escondidos. Así que los sacamos, los desatamos, los estiramos, los leímos hoja por hoja y era que en cada uno de ellos había que tenía algo Del Molino, que anunciaban la quiebra, un recorte que decía algo sobre la historia de la confitería y así”
Una especie de bitácora de lo que iba pasando…
“Claro. Se ve que alguien fue guardándolos y eso, me llamó la atención porque, era como sentir que estaba descubriendo algo inmenso”
Y bien. ¿Cuándo se terminaría, entre comillas, todo este trabajo?
“En realidad ¿ El trabajo arqueológico o el trabajo en general?”
Al trabajo arqueológico todavía le falta, y el final de la obra?
“Y…También. En realidad…”
Tiempos.
“Estamos más cerca de que se abra la confitería nuevamente, todo lo que la gente quiere, que es tomarse un café en la confitería Del Molino, comer un postre, clásicos, pero falta todavía, Porque todavía hay que hacer el pliego de la licitación para concesionar la nueva confitería y eso lleva tiempo, lleva tiempo que se presente una empresa que cumpla con un montón de objetivos, más allá de tener un buen capital para hacer todo lo que tiene que hacer. Además, por ley; esta confitería que tiene que volver a funcionar, tiene que tener dos cartas, una con un menú histórico y otra con un menú actual”
“Entonces. La nueva confitería tiene que tener esa habilidad de poder conseguir gente que sepa cocinar a la antigua o de determinada época. Así que -bueno- estamos más cerca, pero falta todavía”
Un lugar imperdible para visitar. La confitería Del Molino |
Y acá cerramos. ¿Esto ha sido lo más importante, lo más impactante que ha hecho en su trabajo de arqueóloga o ha habido otro lugar que ha “escarbado” en el pasado?
“En realidad. Tuve otra obra grande; dirigí el trabajo arqueológico del Museo del Bicentenario, la Aduana Taylor, todos esos restos arqueológicos fueron expuestos, lo descubrí con mi equipo, Esa, para mí, fué una obra impresionante porque fué muy grande y fue mi primer trabajo, un trabajo importante en mi carrera, con lo cual tengo mi corazoncito allá, pero. Esto, para mí fué y es super importante porque, trabajo en un pasado reciente y yo vengo - o venía - acostumbrada a trabajar en siglo XIX , lo que fué un desafío enorme porque, cuando me ofrecieron trabajar acá “Me dije ¿Pero qué voy hacer, como arqueóloga, en un edificio histórico en pie, que van a restaurarlo y ponerlo en valor” y ahí es adonde me dijeron “No. Vas a haber, mirá lo que hay, la cantidad de objetos que hay” y es un desafío enorme aplicar la metodología arqueológica pero, como me pregunte yo y -creo- que todo el mundo logró entender ¿Qué hace la arqueología? La arqueología, en realidad, reconstruye modos de vida de otros tiempos, no necesariamente de un pasado lejano solamente, sino que es un a nueva forma de hacer arqueología y para Buenos aires, sienta un precedente porque no hay un trabajo con un pasado reciente”
Va a tener una larga vida usted, porque tiene un doble corazón, usted. La aduana Taylor y la confitería Del Molino.
“Por un lado pienso que estoy salvada, ahora me va a afectar tanto todo que me va a agarrar dos veces lo mismo. Me parece que va a ser fulminante. Pero no”
*En 1997 la crisis En el 2014 se sanciona la ley N° 27.009 cuya autoría pertenece al senador Samuel Cabanchick, que declara al inmueble de “Utilidad pública y sujeto a expropiación, por su valor histórico y cultural” procediéndose a su expropiación.
empujó a cerrar las puertas de la confitería. Es declarado monumento histórico nacional, bajo el Decreto N° 1110/97.
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