Una pyme argentina ya exporta "el diamante negro" de la gastronomía
Con la asistencia del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), la pyme Trufas del Nuevo Mundo comenzó a exportar "el diamante negro" de la gastronomía: un hongo comestible que cotiza hasta 1500 euros el kilo en el mercado internacional.
Así, la Argentina se convirtió en uno de los pocos países productores y exportadores de la trufa negra del Perigord (tuber melanosporum), un cultivo con un intenso aroma de color negro que se usa como aromatizante en todo tipo de platos (en forma de láminas o rayado, sin cocción), demandado por los mejores chefs del mundo y los comensales más selectos. Australia y Chile lideran la producción global.
La empresa, la trufera nacional más grande y pionera en la elaboración local, realizó el primer envío del singular producto a España y Francia el año pasado y prevé llegar a los Estados Unidos y el Reino Unido en los próximos meses.
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La compañía, de capitales nacionales, nació en 2012 y lleva invertidos u$s 3,6 millones hasta la fecha, destinados a la producción, la construcción de un complejo de 117 metros cuadrados y el proyecto exportador.
Cuenta con una plantación de más de 20.000 árboles inoculados con tuber melanosporum en sus raíces, entre robles, encinas y avellanos, en las 50 hectáreas que posee en un campo ubicado en la localidad bonaerense de Espartillar, cerca de Sierra de la Ventana, donde también se encuentra la planta.
En 2020, exportó 16 kilos (10 a España y seis a Francia) de los 170 que cosechó. Para este año, prevé una producción de 400 kilos y despachos al exterior por 250. "La intención es, al menos, duplicar los volúmenes año a año. Estimamos llegar a 2024 con dos toneladas cosechadas y 1,5 exportadas", anticipa Faustino Terradas, responsable comercial de la empresa, y aclara que se trata de "un proyecto a largo plazo".
"La primera extracción se realizó en 2016. Cuatro años es el tiempo que estimamos entre la producción y la recolección, aunque trabajamos para acortar la espera", sostiene, y añade que el fin es exportar el 90% de la producción.
La cosecha de la trufa negra es una verdadera búsqueda del tesoro. Dada la dificultad del proceso de producción y de colecta, es un cultivo premium que cotiza alto, valorado por la gastronomía mundial y aficionados gourmet.
Hay equipo, iniciativa y esperanza argentina.
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